DETECCIÓN
¿Como detectar a un Acosador?.
Así como es posible reconocer a las víctimas a través de pequeños (o grandes) cambios en sus caracteres y formas de actuar, existe la posibilidad de detectar a potenciales victimarios, algo de fundamental importancia para profesores y preceptores.
Lo más importante a tener en cuenta es que cualquier niño puede ser un acosador (tu hijo, el de tu hermano, el de tu amigo, el del vecino). El agresor no es necesariamente más grande o fuerte que los demás, sino que utiliza la violencia (física o psicológica) para conseguir lo que desea...
Reconocer a un agresor por su personalidad no es sencillo ya que puede tratarse tanto de un niño popular y bien adaptado, con muchos amigos, como de un niño aislado, con baja autoestima y que siente mucha presión social. Entonces, ¿cómo descubrimos al acosador?
Debemos observar algunos factores de su personalidad. Las preguntas que ponemos a continuación pueden ayudarte en el diagnóstico de la situación:
¿El niño es agresivo o se frustra fácilmente?
¿Tiene problemas en su hogar?
¿No respeta las reglas?
¿Considera que la violencia es una forma adecuada de conseguir lo que desea?
¿Sus amigos acosan a otros niños?
¿Se siente bien burlándose o ridiculizando a otros niños?
¿Intenta que sus amigos le acompañen en sus comportamientos inadecuados (incitándoles a burlarse de otro niño por ejemplo)? Si su "amigo" no desea participar, ¿se separa de él despreciándole?
¿El niño tiene un comportamiento intimidante y provocador?
¿Al peque le cuesta empatizar con sus compañeros?
¿Desea que su voluntad y deseos se impongan siempre, sin importar las consecuencias?
¿Parece no tener sentimientos de culpa y suele justificar sus actos diciendo "X se lo buscó o se lo merecía"?
¿Suele involucrarse en toda clase de problemas?
Si al leer estas preguntas, notas que varias respuestas son positivas, puedes estar frente a un acosador.
Presta especial atención a tu hijo y si piensas que puede ser víctima o victimario de bullying, ¡actúa! No te quedes con los brazos cruzados: habla con él, intenta razonar con él, acompáñale, acércate a los profesores y autoridades escolares y buscad juntos una solución. Recuerda: el bullying no es cosa de niños...